viernes, 19 de junio de 2009

~ Karelt - Ilusionista ~

Nombre: Girard Karelt

Sexo: Masculino

Edad: 51 años

Rango: Ilusionista (mago e hiptonizador)

Apariencia: El ilustre señor Karelt pasa por ser un venerable anciano aún a pesar de tener sólo unos diez años más que el director Tarsem. Vestido siempre con una larga túnica negra con capucha el famoso mago oculta de este modo su cabello -o mejor dicho, sus incipientes canas-, sus brazos y piernas -extremadamente delgados-, y su rostro, de facciones aguileñas y toscamente recortadas que le dan un aire cuanto menos siniestro. Pero, sobre todo, si algún rasgo físico de este ilusionista merece ser destacado en un lugar preferente ésos son sus ojos, de un color carmín inquietante que son capaces -según dicen las habladurías- de plegar la voluntad de quien le mira a sus deseos. Camina encorvado la mayor parte del tiempo, alzando toda su impresionante planta cuando, ante el calor del público, despliega todo el esplendor de su magia.

Pasado: Al ser el decano de los trabajadores del circo nadie recuerda quién era o qué hacia el viejo Karelt antes de empezar a sacar conejos de su chistera bajo la carpa. La leyenda popular, que por cierto le atribuye varios siglos de edad, cuenta que fue instruido en una academia de artes arcanas por una secta infame llamada "Los Hijos del Diablo", quienes le confirieron la habilidad de someter a los mortales a través de la hipnosis; temor que aún sienten quienes menos le conocen. No obstante lo cierto es que el caballero Girard Karelt ha forjado su vida trabajando para el director Tarsem, quien le acogió en los primeros años de su andadura en solitario y puso todo su empeño en conseguir que su fama diese la vuelta al mundo. Ahora, son miles las personas que, semana tras semana, acuden a presenciar sus increíbles actuaciones capaces de dejar sin aliento al más escéptico.

Personalidad: Con respecto a este hombre cabe destacar dos dimensiones: la de quienes hablan de él y la de quienes le conocen realmente. Los primeros, como es ya bien sabido, le atribuyen mil y una fabulaciones a cuál más absurda; pero son éstos quienes han construido su ya inmortal leyenda. Por otro lado, empero, los pocos privilegiados que tienen la suerte de intimar con él descubren a un hombre sumamente interesante y de un gran temperamento y sensibilidad artística, que se ocupa en plasmar en sus impresionantes lienzos -tarea ésta en la que cuenta con la ayuda de la pequeña Kitsë... Cuando su amo rara vez se lo consiente-. A pesar de que no trata de alejar de sí a la gente sólo cuenta entre sus amigos al director Tarsem, en quien confía ciegamente, siendo esta relación recíproca al máximo. Si bien es cierto que se ve obligado a actuar como un ser misterioso y críptico, empleando una particular forma de hablar, de vestir y de caminar, nada place más a Karelt que una conversación agradable en un ambiente distendido. El único nubarrón que empaña su cielo es Scorzo, con quien ha tenido no pocos enfrentamientos debido a la intransigencia de éste al hecho de que el mago y la pequeña Kitsë traben amistad. En secreto, Karelt se siente orgulloso de ser el único capaz de sacar de sus casillas al hierático arlequín.

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